Nuestra casa de publicaciones lo felicita, segura de que no han de cesar sus éxitos literarios. A continuación, una excelente crítica sobre la novela realizada en el marco de la actividad:
El Sastre de las
Sombras en La Semana Negra de Gijón
Especial para La
Pereza Ediciones
Ana Pink
Gijón, Principado de Asturias, 8 de Julio de 2014.
Un nubarrón
amenazaba aguar la fiesta que, a las cinco y media de la tarde, en los viejos
astilleros de la ciudad, había comenzado con la gritería de los presentes
haciendo cola en las atracciones mecánicas y en los puestos de comida.
Aguardaban la llegada del plato suculento de la noche, la fiesta en honor a lo
negro, al crimen, a la literatura maldita y prohibida. Esta antesala comparte
la esencia de lo que la literatura negra es y quiere ser, un espacio ajeno a
las fronteras que separan los placeres del alma y los del cuerpo. Y tal vez sea
este el secreto con el que la fiesta literaria en Gijón ha brillado con luz
propia irradiando su magia durante casi 30 años.
Al corazón de la
Semana Negra se llega luego de atravesar un camino expiatorio de luces y colores,
de estatuas de superhéroes que nos remiten a otros tiempos, de libros
especializados en literatura distópica, detectivesca, histórica, gráfica y de
ciencia ficción. En tres carpas destinadas a la presentación de libros y a
discusiones con autores, lectores y editores sobre el género negro en todas sus
vertientes, florece el olor a los churros endulzados por el mar Cantábrico y
por la alegría de la gente que brota de la gran noria y de las demás
atracciones mecánicas.
En la semana
negra la literatura se vive en las calles. Conocedores, fanáticos y extraños
celebran el arte y la imaginación propia del buen contar. Este público fue
quien recibió al escritor colombiano Rubén Varona, en la presentación de su más
reciente novela El sastre de las sombras,
publicado por La Pereza Ediciones (2013). Para ese momento, el escritor y su
público ya se habían coqueteado durante la charla Hoy Latinoamérica se escribe en negro, moderada por Ernesto Mallo,
director del festival Buenos Aires Negra – BAN!, y en la que lo acompañaron
voces consagradas de la literatura latinoamericana como Horacio Convertini,
Fernando López, Juan Sasturain, Gabriela Cabezón y Mercedes Rosende.
Y el universo conspiró para hablar de bajas
pasiones y crímenes. El español José Manuel Estebanez abrió la presentación de El sastre de las sombras seduciendo al
público con el irresistible argumento de la novela: “imaginar una mujer que se
“cepilla” al amigo de su novio, que
lo invita a su casa, que se pone romántica, y que ha preparado todo para una noche
llena de sexo y pasión que acaba en un autentico desastre”.
El presentador
prosiguió su diálogo enfocándose en la protagonista de la novela María Jimena
Soler, una chica de la alta sociedad de Bogotá. Ella tiene que deshacerse de un
cadáver pero no sabe cómo hacerlo. Su primera idea, no es otra que “buscar a un
pringao”, porque cree que el mundo a
su alrededor existe sólo para complacerla y seduce al primero que ve por la
calle con una tentadora propuesta: “nene, ¿quieres venirte a mi casa a
descuartizar un cadáver?” Y claro, ¿quién se resiste a la mezcla fatal de
belleza, dinero y poder? Nadie y menos un habitante de la calle que conoce de
primera mano la cara más oscura de la sociedad y lo que se necesita para
sobrevivir en ella. “Esta chica llega con el pringao a su casa a deshacerse del cadáver pero termina cargándose
otro más”. Aprende su primera lección, “que existe un mundo en el que ella no
tiene la ultima palabra, entonces hace lo que haría cualquiera de nosotros para
salir del problema: googliar cómo deshacerse de dos cadáveres”.
Con una sonrisa cómplice,
el autor señala que ante todo la novela relata un despertar a las múltiples
realidades sociales y económicas de Colombia que implica un cuestionamiento a
la responsabilidad de todos los ciudadanos. Es así que el lector puede, de la
mano de la protagonista, descubrir a una Colombia diferente de la que habita María
Jimena, quien vive en el cuento de hadas de ser la hija de un senador de la
república. En este sentido la novela es un ejercicio narrativo que inicia en
una historia idílica y que se convierte en una pesadilla.
José Manuel
acusa al autor de la novela de hacer una crónica satírica muy compleja sobre la
alta sociedad Colombia, en la que se encuentran elementos fantásticos que
suponen el ejercicio de imaginarse algo así como “El día de la marmota (Groundhog Day), pero con mucho sexo y con la banda sonora de La profecía (The Omen)”. Termina
advirtiendo a los asistentes que no ha dado una idea exacta de lo que es El sastre de las sombras, porque esta
novela ha sido escrita con un ritmo realmente endiablado, y supone que “el
escritor ha vendido su alma al diablo para escribir tan bien, porque no sabemos
si estamos asistiendo a un delirio post alcohólico o post éxtasis, a un ritual
chamánico en el que alguien viaja a través del tiempo, o si hay un mutante que
tiene súper poderes, o simplemente se trata de alguien a quién le pasan cosas
malas en un día muy malo”.
Los aplausos de
los asistentes terminaron por ahuyentar los nubarrones que amenazaban la noche.
Esto y otras muchas cosas más suceden en El
sastre de las sombras y en la Semana Negra.
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